Reseña:

Este libro nos presenta al árbol como imagen del universo, como el Árbol de la Vida, el axis mundi . Nos hace recorrer la historia del árbol en la cultura, desde la Edad de Piedra hasta nuestros días, y de la relación que el árbol ha guardado siempre con la humanidad.

El Árbol Cósmico contiene todo lo visible e invisible del universo (que) como entidad orgánica interrelacionada, (..) conecta los niveles más terrenales de la existencia con los reinos sagrados. Une tres mundos: la Tierra Media, el mundo conocido donde viven los seres humanos; el Mundo Subterráneo, donde crecen las raíces del Árbol, y los Reinos Superiores, donde moran los seres divinos (…) Esta conexión vital de los mundos permitió que la gente encontrara, bajo árboles venerados o en arboledas sagradas, sitios convenientes para ritos, meditación, oración, profecía, oráculos, consejo y juicio.

(…) El Árbol Cósmico es el eterno alimentador, el dador de comida y bebida, terrenales y también divinas. Se yergue en un jardín paradisíaco, protegido por un guardián sobrenatural (…) En muchos mitos de búsqueda, el héroe tiene que vencer una serie de obstáculos para alcanzar el jardín sagrado y obtener un tesoro (..).

En tiempos modernos, el símbolo del Árbol Cósmico está todavía muy vivo. Carl Gustav Jung descubrió que el árbol aparecía, ante una serie de sus pacientes, como una imagen sustentadora de integración y de crecimiento en momentos de crisis (…) Esto alentó a Jung a investigar más acerca del simbolismo, lo que resultó en obras tales como Psicología y alquimia.

El pintor Paul Klee, en su charla   Acerca del arte moderno , comparó al árbol con el proceso creativo:

(Todo artista) en el lugar señalado para él en el tronco del árbol, ha de recoger lo que surge de las profundidades y transmitirlo. Sin servir ni tampoco mandar. Sólo actúa como mediador. Su posición es humilde. Él mismo no es la belleza de la copa, que esta meramente ha pasado a través de él.