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"Cuentos Maravillosos de la Irlanda Céltica "
 

Reseña:

 

Ella Young nació en 1867, en la pequeña aldea de Feenagh, condado de Antrim, Irlanda. En su niñez escuchó cuentos de fantasmas, hadas, castillos hechizados, trasgos malévolos y amistosos, trocitos de baladas, discusiones políticas… Pero no fue sino hasta que llegó Dublín y se encontró con Standish O´Grady y Kuno Meyer, cuando descubrió el patrimonio que esperaba por ella en la literatura céltica. Leyó todas las traducciones que pudo conseguir; aprendió el idioma irlandés, y se trasladó a la Irlanda gaélica, donde pudo escuchar -cuenta ella- los poemas de los fianna relatados por gente que había oído la música encantada y danzado en los círculos mágicos de las hadas. Se unió al renacimiento literario céltico de principios de siglo XX, y se sumergió en la cultura y el idioma gaélicos.

Más tarde, radicada en Norteamércica, escribió: “Los cuentos me fueron relatados a veces gaélico, otras veces en inglés. Los oí en cabañas junto al fuego encendido con turba: los oí en botes de pesca con velas color marrón, y en laderas rocosas. Se mezclan en mi mente con la luz del sol y el aire dulce y los amplios espacios abiertos; con lagos en el Donegal, donde dicen que se ocultan caballos encantados; con estanques en Connemara, donde alzan sus cabezas crestadas serpientes; con centelleantes ensenadas en el mar, y con las montañas de Kerry”.

Ella Young contribuyó a mantener viva la tradición céltica de contar cuentos. Murió en California en 1956. Cuentos maravillosos de la Irlanda céltica contiene, entre otros, el mito céltico de la creación, y en él se halla el más espléndido material conocido por los antiguos hacedores de sagas. Ella Young ha escrito para los niños (y también para los mayores) que sientan -al igual que ella- el anhelo de una herencia perdida; que estén deseosos de vislumbrar algo de las islas Afortunadas; de saber que las manzanas de oro aún se dan en el jardín de la Hespérides, y que Angus todavía se traslada en una nube de alas de pájaro, inmortalmente joven, aunque Tara esté en ruinas.

 

 

 

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